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Foto del escritorReinaldo Cernadas

Circuitos imperdibles de la Argentina

La gran extensión de la Argentina y sus estaciones bien marcadas permite que durante todo el año el viajero pueda elegir el clima ideal para sus vacaciones.

En invierno se puede escapar al frío viajando al norte del país, donde hay máximas de 19 grados. O en verano, huir del calor, eligiendo el verano de la Patagonia, donde se registran unos 15 grados menos que en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo.

A continuación, propuestas para cada estación del año, cálidas, templadas y frías para disfrutar al máximo de los escenarios más cautivantes de la Argentina.


La mejor época para viajar a la costa bonaerense es durante el verano.


Es tiempo de poder darse un baño en las

aguas del Atlántico, jugar partidas de vóley, practicar surf y quedarse hasta última hora en la playa.

La costa tiene más de 1200 km de playa. Mar del Plata es la ciudad cabecera y es famosa su intensa actividad teatral, su emblemático casino y sus restaurantes siempre animados.


Ir a comer rabas y platos frescos de pescados y mariscos al Puerto de Mar del Plata es uno de sus paseos clásicos. La

costa tiene vida día y noche, es bulliciosa, alegre y entretenida para toda la familia.

Si se buscan destinos más exclusivos frente al Atlántico, las ciudades balnearias de Villa Gesell, Pinamar y Cariló tienen mucho por ofrecer. Los bosques y médanos de su paisaje, se combinan con propuestas que llevan las últimas tendencias sobre la mesa, de la mano de los chefs y bartenders del momento.


El centro de la Argentina ofrece un refugio que asegura el descanso. En Córdoba son varios los corredores serranos que brindan espacios para el ocio y el entretenimiento.

Sus ríos, arroyos y lagunas refrescan las horas de picnic, al amparo de una arboleda.

Si se busca una ciudad con muchas alternativas de alojamiento, restaurantes y entretenimiento está Villa Carlos Paz, en el Valle de Punilla, a orillas del lago San Roque. Su cartelera se nutre de comedias teatrales.


A 89 km al sur de la capital cordobesa, Villa General Belgrano, en el Valle de Calamuchita, recibe con una impronta cultural alemana.

En el menú de los restaurantes nunca faltan las picadas alemanas, las tradicionales salchichas con chucrut y el goulash con spätzle.


A pocos kilómetros, en medio de un bosque, está el pueblo peatonal La Cumbrecita, también de arquitectura centroeuropea.


Durante el otoño se da el mejor clima para hacer turismo en el norte del país. Las temperaturas son agradables y refresca por las noches.

Si se dispone de tiempo, bien vale recorrer más de una provincia, como Salta y Jujuy.


Se podría empezar por la capital salteña, fundada en 1582, de allí partir hacia los Valles Calchaquíes, un sistema de valles y montañas coloridas y formas caprichosas de 500 kilómetros, por encima de los 2000 metros de alto.


En su recorrido se encuentra Cafayate y Cachi, entre otros puntos de interés. En estos valles se recuesta la ruta del vino más alta del mundo.

De regreso a Salta se puede continuar por Purmamarca, en la provincia de Jujuy, donde convoca un pueblo con una gran postal, el Cerro de los Siete colores, el cerro más fotografiado de la Argentina.


El pueblo está a 2324 metros sobre el nivel del mar ya en la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio

Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2003. A 26 km, se puede continuar por otro pueblo de altura, Tilcara, a 2465 metros, un lugar animado, con ferias de artesanías y peñas folclóricas que enamoran a los viajeros.

Quién visite la provincia de Tucumán, descubrirá su peso histórico nacional, ya que en su capital, San Miguel de Tucumán, el 9 de julio de 1816 se firmó el Acta de la independencia. La provincia, como una pequeña joya, combina historia, cultura y escenarios únicos, como el de las yungas, una selva de montaña.


Después de tanto traqueteo, Santiago del Estero propone un circuito reconfortante en sus famosas aguas termales. Termas de Río Hondo es una ciudad está asentada sobre 14 napas mesotermales con agua mineromedicinal.

Hacia el Noreste, Misiones recibe con una de las Siete maravillas del mundo: las Cataratas del Iguazú, un conjunto de saltos sobre el río Iguazú, en el límite de Misiones y el estado brasileño de Paraná.


En invierno, cuando comienza a nevar en la Cordillera de los Andes, el manto blanco se disfruta sobre esquíes, tablas de snowboards, motos de nieve y paseos en trineos impulsados por perros siberianos.

La temporada de nieve se vive como una gran fiesta. Las bajadas de antorchas de todos los centros de esquí simbolizan con un espectáculo único la pasión argentina por el deporte blanco. Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego cuentan con excelentes lugares para deslizarse por pistas.


En Esquel, Chubut es posible combinar el deporte en su centro de esquí, recientemente modernizado, con otras propuestas más que interesantes como una visita al Parque Nacional Los Alerces, uno de los más grandes del país, con 259822 hectáreas.

Su nombre se debe a esta especie de árbol que puede vivir entre 3000 y 4000 años. Y desde Esquel, se puede hacer un recorrido en el Viejo Expreso Patagónico “La Trochita”, un tren de inicios del siglo XX de trocha angosta, que es Monumento Histórico Nacional. El vapor y el silbato de su locomotora en medio del paisaje nevado transporta al viajero hacia un mundo onírico.


Para los amantes de la naturaleza en estado puro, un buen lugar para visitar durante la primavera por sus temperaturas agradables es Esteros del Iberá, en Corrientes.

Se lo conoce como el pantanal argentino. Esteros del Iberá es uno de los humedales de agua dulce más importantes del planeta y su ecosistema alberga nada menos que 380 especies de aves.


El paraíso para despertarse con el canto de los pájaros, en hosterías situadas en

Colonia Pellegrini. Los paseos embarcados van al encuentro de yacarés y carpinchos.

Hacia el sureste de la Argentina, Puerto Madryn invita a celebrar uno de los momentos más esperados de la primavera.


La llegada de la fauna marina para aparearse en estas costas. La ballena franca austral llega a Península Valdés para aparearse y a 140 kilómetros, en Punta Tombo los pingüinos de Magallanes regresan a sus nidos luego de un viaje de miles de kilómetros para reproducirse. Son santuarios naturales que pueden ser visitados con el máximo recaudo para no interferir en la vida de estos animales.

En cada estación, la Argentina ofrece una enorme variedad de sitios para recorrer y disfrutar durante todo el año.

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