La provincia de Tierra del Fuego comprende la Isla Grande, la Antártida Argentina y las Islas del Atlántico Sur.
La primera, a pesar de estar en el extremo sur del país, es la más visitada, quizá por sus encantos naturales imperdibles.
Ushuaia es la capital y un polo turístico de primer nivel, al que se llega por la ruta nacional 3 o por vía aérea.
Separada del continente, la Isla Grande es compartida con Chile y en su parte oriental y sur tiene costa marítima.
Cuando se recorre la parte argentina, se pueden diferenciar tres zonas bien marcadas.
En el norte, el terreno es de mesetas y llanuras con vegetación escasa de coirones.
Si se recorre en auto, se verán guanacos, zorros y cría de ganado ovino y vacuno; también existe la posibilidad de observar el horizonte marítimo.
En ese clima semiárido y con fríos no muy
intensos, se destaca la ciudad de Río Grande, sobre el océano Atlántico. Algunas estancias abren sus puertas al turista interesado en conocer las prácticas ganaderas propias del lugar.
En el centro de la provincia, en un área de transición, existen leves ondulaciones, alguna laguna y turberas.
En esa zona se encuentra el municipio de Tolhuin, sobre la cabecera del lago Fagnano, puerta de entrada a los bosques andinopatagónicos.
Hacia el sur, existe un sector de montañas
de baja altura que forman parte de la cordillera de los Andes. Allí, la presencia de bosques es constante y sus especies se desarrollan siguiendo la presencia de agua de arroyos.
Cuanto más se acerca el viajero a la ciudad de Ushuaia, son más tupidos. A partir de este punto, el Valle de Tierra Mayor, el Parque Nacional Tierra del Fuego y la costa marítima del canal de Beagle sobre la cual se asienta Ushuaia son un concierto de posibilidades aprovechadas por el turismo todo el año.
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