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Foto del escritorReinaldo Cernadas

Parque nacional Los Alerces

El parque nacional Los Alerces​ (estrictamente parque y reserva nacional Los Alerces) es un área protegida y patrimonio mundial de la Unesco que se encuentra en la provincia del Chubut, Argentina. Incluye a los lagos Futalaufquen, Verde, Krüger, Rivadavia, Menéndez, Amutui Quimei y el río Arrayanes.

La distinción de la Unesco se debió a que reunió las condiciones de poseer fenómenos superlativos o áreas de excepcional belleza natural como importancia estética.

Otro aspecto que tienen en cuenta en la evaluación es que los hábitats naturales que comprenden sean de los más representativos e importantes para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas que se destacan por su valor universal para la ciencia y la conservación ambiental.


Visitamos el Parque Nacional Los Alerces y recorrimos sus lagos en una excursión lacustre

Por Marcos Rodríguez

Nos encontrábamos en Esquel y decidimos salir a conocer los maravillosos lagos que encierra el Parque Nacional Los Alerces.


Para llegar a él, atravesamos la transición entre la estepa patagónica y el bosque andino.


El primer tramo se debe realizar por la Ruta Nacional 259, pavimentada, y continúa por la Ruta Provincial 71, ya de ripio, en territorio de avutardas (cauquenes) y bandurrias.


En el kilómetro 70, la historia y la fábula se entremezclan en los troncos de la que (juran) fue la casa elegida por el mítico Butch Cassidy para sus aventuras en la Argentina. El bosque andino-patagónico comienza a ocuparlo todo y las montañas se multiplican hasta acceder al parque.

El Parque Nacional Los Alerces fue creado en el año 1937 para preservar bosques milenarios de esta especie, muy valorada y de lento crecimiento. Abarca, además, una sucesión de lagos de belleza inigualable.


De aquí en adelante, apareció ante nuestros ojos toda una gama de verdes de agua y vegetación, miradores, arroyuelos, rincones de ensueño y toda la magia de la naturaleza.

En la margen izquierda del lago Futalaufquen, con seguridad el más destacado de todos los espejos de agua del parque, encontramos la villa homónima, principal centro de servicios del lugar. Sobresalen los edificios de piedra y madera de la Intendencia del Parque y el Centro de Interpretación, un buen espacio en el cual nos proporcionaron información detallada sobre el recorrido de los diferentes senderos interpretativos existentes, paseos al cerro Alto Dedal, Los Pumas, Cinco Saltos, cascada Tío Mindo, pinturas rupestres, flora nativa y demás, características de la zona.

Hay opciones para todos los gustos.


A 4 kilómetros de la villa, en el extremo sur del Brazo Este (uno de los tres que tiene el lago, rodeados todos de abigarrados bosques), se encuentra puerto Limonao, principal puerto del lugar, desde donde es posible embarcarse mientras a nuestras espaldas resalta la espectacular arquitectura de la Hostería Futalaufquen.

Existen dos excursiones imperdibles: al Alerzal y al lago Kruger, ambas en verano. La primera, de día entero, recorre el lago Futalaufquen, el río Arrayanes, los lagos Verde y Menéndez, y permite el acceso al milenario bosque de alerces, con una caminata al lago Cisne incluida e impresionantes vistas de los glaciares del cerro Torrecillas.


Cuando por razones de bajo caudal las embarcaciones no pueden navegar por el río Arrayanes, la excursión se realiza por vía terrestre y se toma la lancha desde el puerto Chucao, ubicado en el lago Menéndez.

La recomendación es consultar bien los horarios, previendo el arribo una hora antes de cada salida de las embarcaciones, y llevar vianda (la basura, claro está, tiene que venir con nosotros de vuelta).


Los árboles que componen el bosque de alerces son ejemplares que en algunos casos llegan a los tres metros de diámetro,

de 60 a 70 metros de altura, con edades que se aproximan a los 3.000 años.

Este bosque se encuentra justo en el límite de la denominada selva valdiviana. A principios del siglo XX, su madera fue muy codiciada para la construcción (como tejuelas para techos y carpintería), sobre todo en Chile, donde se la consideraba el “oro” del bosque.


Sobre la margen derecha del lago Futalaufquen, conjugándose con las

cascadas, vertientes y playas de arena, se encuentran hosterías, bungalows, cabañas, campings y proveedurías, que completan la variada oferta de servicios y permiten prolongar la estadía en este rincón único de la Patagonia.


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