En 1893 se colocó la piedra fundamental del templo, en el terreno donado por Patricio Peralta Ramos. La inauguración definitiva se realizó en febrero de 1905, con el nombre de iglesia San Pedro. En 1924, ya parroquia, fue elevada a Basílica Menor y dedicada a San Pedro Apóstol y Santa Cecilia Virgen y Mártir. Y desde 1957, es también Catedral.
Dirección: San Martín 2780, barrio Centro
El templo es de estilo neogótico. Fue proyectado y su construcción dirigida por el ingeniero y arquitecto Pedro Benoit, de gran prestigio en esa época por las obras realizadas en Buenos Aires. Al fallecer éste, continuó y finalizó la obra su hijo, Pedro J. Benoit. El constructor fue Adán Gandolfi con la colaboración de Juan Lázzari.
En el exterior, se destacan la torre de 60 metros con el reloj, el rosetón de tres metros de diámetro, y el campanario inaugurado en 1929. Cuenta con cinco campanas fabricadas en Francia en la misma casa donde se fundieron las de la Basílica de Montmartre y la Catedral de Rouen. Son de bronce y pesan entre algo más de 3 toneladas la más grande, y 900 kilos la más pequeña. Tienen nombre propio: Josefina, Ernestina, Clara, Ercilia e Inés. La mayor, Josefina, tiene un diámetro de 1.7 metros. Conforman un carrillón ya que cada una de ellas da un acorde de múltiples notas, emitiendo un sonido armónico.
En el frente, por encima de la puerta principal y las laterales, se destacan tres altorrelieves que representan escenas de la vida de Jesús, y una hornacina con la imagen de Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina.
El techo es de tejas vidriadas de colores muy vivos, traídas desde Viena. Está bordeado por balaustradas. En los laterales, se observan los arbotantes que salen de la nave mayor, pasan sobre la menor y descargan el peso en contrafuertes coronados con pináculos.
En el vestíbulo o nártex, atravesada la puerta principal, encontramos imágenes de los Apóstoles y, a la derecha, la capilla de La Piedad.
Allí se aprecia una magnífica imagen de autor desconocido, reproducción de la obra La Piedad de Miguel Ángel.
Desde el nártex se accede al templo por la puerta central que cuenta con un vitral que representa una cruz griega en dorado y rojo, y por las dos laterales rebatibles. Todas ellas son de roble.
En el interior, la nave central y las dos laterales están cubiertas por bóvedas de crucería. Los coloridos vitraux proceden de Francia, y muestran distintas escenas bíblicas. Miden 7.5 metros de alto y 3.5 metros de ancho.
En al altar mayor, el retablo de madera de estilo gótico fue diseñado por Benoit hijo y fabricado en Francia. Cuenta con imágenes de varios santos y las de Cristo Crucificado y de la Virgen de Luján.
A la derecha, se halla el tintinábulo con el escudo basilical, donde se observan la tiara y las llaves cruzadas del primer Papa, San Pedro; la lira, un lirio y una rama de palma que simbolizan a Santa Cecilia, su pureza y martirio; y la Santa Cruz con tres estrellas a cada lado y debajo, una estrella de seis puntas con el monograma de la Virgen, todo ésto sobre el mar donde se ve una barca blanca representando la actividad pesquera de San Pedro.
La mesa del altar es de mármol. El comulgatorio, gótico, es de piedra Mar del Plata labrada. El púlpito es una notable obra de ebanistería.
A la izquierda, se encuentra el altar del Sagrado Corazón de Jesús, de madera, estilo gótico, diseñado también por Pedro Benoit hijo y de origen francés. Se ven varias imágenes, entre ellas las del Sagrado Corazón y de Cristo Yacente.
Frente a éste, a la derecha del altar mayor, está el altar del Sagrario. El original fue destruido por un incendio en 1959, y al año siguiente se inauguró el actual, diseñado por el artista plástico húngaro arquitecto Laszlo Szabo. Fue realizado con mosaicos de colores, y consta de tres paños. En el central se ubica la imagen de Nuestra Señora de la Reconciliación, tallada en madera de algarrobo. La cruz y el sagrario son de cobre repujado.
Frente a los altares, en el transepto o nave lateral, penden las tres arañas que pertenecieron al comedor principal del Bristol Hotel. La principal y central, con cien luces. está compuesta de arcos de bronce macizo repujado y caireles de cristal de Baccarat
Otros altares son los dedicados a San Antonio, en mármol de Carrara; a la Virgen de Luján, cuyas vestiduras en celeste y blanco inspiraron los colores de la bandera argentina; y el altar a la Beata Madre Teresa de Calcuta, bendecido el día que fue beatificada en 2003.
A lo largo de las naves laterales se desarrolla el Vía Crucis, de cobre esmaltado. Los confesionarios, de estilo gótico, fueron tallados en madera.
En el bautisterio, la pila bautismal tiene forma octogonal al igual que su base, y es de mármol blanco con incrustaciones de mármol rosa.
Las paredes presentan frescos del pintor barcelonés Antoni Utrillo con reproducciones de los cuadros de la Anunciación, el Nacimiento, la Adoración de los Reyes Magos y el Bautismo de Jesús, entre otros. En el techo se destaca un vitral con la paloma que representa al Espíritu Santo.
Sobre la puerta principal de acceso a la nave se ubican el coro, y el órgano mecánico de tres teclados y 3000 tubos de metal y madera, fabricado en Italia. Está en proceso de restauración.
A la Cripta, construida debajo del altar mayor, se desciende por dos escaleras laterales de piedra Mar del Plata. El altar gótico es de mármol travertino y, en su parte superior, cuenta con una escultura yacente de Santa Cecilia. En él se veneran una reliquia de la Santa Cruz, una de Santa Cecilia, y pequeños fragmentos de huesos de alrededor de 400 santos de todo el mundo. En vitrinas individuales yacen los restos completos de seis santos mártires, Gracia, Elpidia, Máximo, Severo, Justino y Donato. En la pared opuesta al altar, se exhibe el certificado del Vaticano que acredita la autenticidad de todas las reliquias, y se halla la tumba del primer Obispo de Mar del Plata, Monseñor Enrique Rau.
Todos los componentes de la construcción y decoración de la Catedral fueron donaciones de las familias adineradas que, por aquellos años, pasaban sus veranos en Mar del Plata.
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