Los atractivos para el turismo que la provincia de Neuquén muestra a lo largo y a lo ancho de su territorio son múltiples y cada región tiene su característica particular.
La zona de la estepa, con centro en la propia capital Neuquén, ofrece un tipo de actividad turística basado en la paleontología, con varias excavaciones y museos, y la más reciente Ruta del Vino, que congrega distintas bodegas que abren sus puertas a los visitantes.
En el norte, las poblaciones antiguas como Chos Malal y Andacollo, dedicadas a la cría de chivos y ovejas, guardan las tradiciones del Neuquén rural. En esta zona, ya más al sur y sobre la cordillera, se destaca la región termal, con eje en las localidades de Caviahue y Copahue.
En la región oeste central, en Aluminé y Villa Pehuenia, se destacan los milenarios
bosques de araucarias que forman parte de una geografía agreste y seca.
Al sur, la zona de los lagos es admirada por sus bosques y sus intrincadas cuencas, cuyas aguas cristalinas bañan tierras de origen volcánico. La Ruta de los 7 Lagos se desarrolla en este sector y es una muestra de la armonía natural de la región, uniendo San Martín de los Andes con Villa la Angostura.
Las actividades de aventura tienen cabida
en varios sectores. El ascenso a volcanes como el Lanín y el Domuyo para expertos, los trekking de larga distancia a los que invita la Huella Andina, o los más livianos que se practican en cada uno de los destinos, son sólo ejemplos.
Quizás el deporte más destacado sea la pesca y, en especial, la modalidad con mosca.
Los inviernos con sus fuertes nevadas dan origen a cinco centros de esquí a lo largo del cordón montañoso neuquino: Chapelco, Cerro Bayo, Caviahue, Batea Mahuida y Primeros Pinos, atraen a los amantes de los deportes sobre nieve.
Neuquén, tierra generosa para los que un día llegaron a poblarla, hoy lo sigue siendo con quienes la visitan simplemente para descansar y distraerse.
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