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Foto del escritorReinaldo Cernadas

Paramillos de Uspallata

Paramillos de Uspallata es una región del Departamento Las Heras, Provincia de Mendoza, en el centro-oeste de la República Argentina. Es una de las áreas de dicha provincia de mayor riqueza en bienes patrimoniales, culturales, históricos, naturales y turísticos. El área alberga testimonios de las poblaciones originarias y de la historia de Mendoza; así como yacimientos paleontológicos; y una particular diversidad y especificidad biológica.

El área denominada Paramillos de Uspallata, está ubicada a 24 km al noreste de la localidad de Uspallata, en el Departamento Las Heras, provincia de Mendoza. Se accede a esta región por la Ruta Provincial n.º 52 (antigua Ruta Nacional n.º 7), que une la ciudad de Mendoza, con la citada localidad, pasando por el antiguo Gran Hotel Villavicencio y las termas del mismo nombre. Se enclava dentro del sistema orográfico-geológico denominado Precordillera, y comprende parte del flanco occidental de la Sierra de Uspallata.

Está limitada por las estribaciones australes del cordón de San Bartolo y cordón de Las Cortaderas, en el extremo norte y noreste, respectivamente; en el extremo noroccidental limita con el cordón Agua del Jagüel; y hacia el sur, con las estribaciones septentrionales del cordón de Bonilla.


La superficie total de Paramillos de Uspallata es amplia; no obstante, un relevante grupo de asociaciones, científicos e investigadores, argentinos y extranjeros, han promovido y apoyan la creación de un Área protegida, en una muy relevante y restringida superficie de aproximadamente 6797 ha.

En ella, se concentra la mayor riqueza histórica, arqueológica, paleontológica, de fauna y flora; y, además, la zona constituye un muy importante atractivo turístico, por su singular belleza panorámica. El lugar presenta altitudes que varían entre los 2600 y los 3100 m s. n. m.


Patrimonio histórico: las ruinas de las minas de Paramillos de Uspallata

Las ruinas de las antiguas minas de Paramillos de Uspallata (de plomo, plata y zinc), materializan un patrimonio industrial histórico único, que se inicia probablemente en la época precolombina y se intensifica durante la Colonia (Orden Jesuita y otros propietarios).


Estas minas son consideradas la primera explotación minera de la República

Argentina, y una de las más antiguas e importantes de lo que fue el Virreinato del Río de La Plata, hasta las últimas acciones, bien avanzado el siglo xx.


Se hallan ubicadas sobre la margen norte de la ex ruta nacional n.º 7 (actual ruta provincial n.º 52), que une las Termas de Villavicencio y el antiguo hotel del mismo nombre, con la localidad del valle de Uspallata.

Fueron descubiertas, según se estima, en el año 1638, aunque de acuerdo con la historia minera mendocina pudieron haber sido explotadas anteriormente por los huarpes y posteriormente por los incas, que eran avezados mineros, quienes habrían realizado un laboreo sistemático en la zona, para extraer plata.


Los métodos, en ese entonces, serían rudimentarios; pero los yacimientos existían.

Uno de los primeros antecedentes mineros citados después de la conquista, es el del clérigo chileno José María Quiñones quien, en 1595, descubrió minas de plata, que donó a Eugenio Martínez, en ese entonces cura de Mendoza.


Ya en el siglo xvi, según registros del Archivo Histórico de Mendoza, se menciona la existencia de otros mineros,

entre los que se puede mencionar a Alonso Niño de Cepeda, Juan Flores, Francisco López de Ayala, y los capitanes Alonso Izquierdo y José de Villegas. Las ruinas abandonadas son visitadas asiduamente por turistas e interesados en el pasado minero de la provincia de Mendoza.


Charles Darwin en Paramillos de Uspallata y el primer bosque fósil de América del Sur

El denominado "Bosque de Darwin" se halla en sedimentos de aproximadamente 230 millones de años de antigüedad - del Período Triásico - y se compone de grandes coníferas (Araucarioxylon protoaraucana) y otras gimnospermas (Cuneumxylon spallettii) en posición de vida.


Hoy se interpreta que estos árboles vivieron en extensas planicies fluviales, por las que discurrían ríos sinuosos y crecían gran variedad de helechos y otros vegetales del orden artrófita (similares al Equisetum), en un clima subtropical y en un entorno de gran actividad volcánica.

En Mendoza, el Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET Mendoza, junto a la Universidad Nacional de Cuyo, emplazaron un nuevo monumento -en el mismo lugar que el anterior- en el denominado Bosque de Darwin - de gran difusión mundial.


Finalmente, debe recalcarse que de conformidad con el artículo 235, inc. h), del Código Civil de la República Argentina,

el bosque fósil de Darwin es un bien del dominio público de la Provincia de Mendoza y, por ende, la omisión del Estado en la responsabilidad de protegerlo es inexcusable.


La ruta del Ejército de Los Andes conducido por el General San Martín y Paramillos de Uspallata

Por esta región atravesó una de las columnas del Ejército de Los Andes, cuando se inició la epopeya libertadora del sur del continente. En 1817, esa columna - que era una de las principales del Ejército del General San Martín - estaba al mando del General Juan Gregorio de Las Heras, quien se dirigió a Chile por el camino de Uspallata.


Otra columna, al mando del Capitán Luis Beltrán - conocido como "el fraile artillero", por haber pertenecido a la orden de los fransciscanos, que abandonó para alistarse en el ejército libertador - partió el 19 de enero de 1817 con la Maestranza y el parque con los pertrechos de guerra y piezas de artillería, ascendió por la Quebrada del Toro y se dirigió hacia Uspallata, a través de Paramillos de Uspallata, para reunirse con la columna principal del General Juan Gregorio de Las Heras.


Crucifijo recordatorio del Gaucho Cubillos

La memoria del gaucho Cubillos —como la de otros bandidos gauchos muertos por la policía— fue rescatada por la devoción popular y se le atribuyen poderes milagrosos.


Cubillos fue uno de los clásicos maleantes sociales que, en su variante autóctona, continúan protegiendo a sus fieles aún

después de muertos, según el mito popular. El fenómeno de sacralización de estos bandidos gauchos está fuertemente ligado al lugar y a las circunstancias en que fueron ultimados. Al «santo» benefactor, como es el caso de Cubillos, se lo venera, se le ofrecen tributos y se le agradece su capacidad de satisfacer los ruegos de los promesantes.

Luego de la muerte de Cubillos no tardaron en aparecer los pedidos y los "milagros", que a muchos - según se dice - les fueron concedidos.


La figura del "gaucho milagroso" comenzó a hacerse famosa. Su recordatorio en el sitio de su muerte es hoy una especie de santuario, y lugar de peregrinación y ofrendas, especialmente para los pobladores

de la cercana localidad de Uspallata. Por su parte, su tumba en el cementerio municipal de la ciudad de Mendoza, también concita numerosas demostraciones de fervor popular, especialmente entre los más humildes, por sus presuntos milagros.


Cruz de Paramillo

Testigo de la Historia y la Belleza Natural Situada a una altitud impresionante de 3100 metros sobre el nivel del mar, Cruz de Paramillo es un destino de visita obligada para los viajeros que buscan vistas impresionantes y un vistazo a la rica historia de la región.


Ubicado en el límite de la reserva natural, este emblemático lugar ofrece una vista panorámica del majestuoso Aconcagua, la montaña más alta de América. Pero la Cruz de Paramillo no es solo un mirador de una belleza natural deslumbrante.

También tiene un significado histórico como testigo de la presencia de los jesuitas y su contribución al desarrollo minero de la zona. Los jesuitas, conocidos por su destreza arquitectónica, dejaron su huella en este sitio, convirtiéndolo en una intrigante mezcla de maravillas naturales y artificiales.


Los visitantes de la Cruz de Paramillo pueden explorar los restos de la influencia jesuita y maravillarse con las características arquitectónicas que han resistido la prueba del tiempo.

El sitio ofrece una oportunidad única para sumergirse en la historia de la región mientras se disfruta del impresionante telón de fondo de la Cordillera de los Andes. Para aprovechar al máximo su visita, considere programar su viaje para que coincida con las mejores condiciones climáticas.


Los meses de verano de diciembre a febrero

ofrecen temperaturas agradables y cielos despejados, lo que permite vistas ininterrumpidas del paisaje circundante.

Sin embargo, prepárate para temperaturas más frías en altitudes más altas, así que empaca en consecuencia.


Ya sea que sea un entusiasta de la historia, un amante de la naturaleza o simplemente esté buscando una experiencia de viaje memorable, Cruz de Paramillo seguramente cautivará sus sentidos.


Entonces, haga las maletas, póngase las botas de montaña y prepárese para sorprenderse con la belleza y el significado histórico de este extraordinario destino.

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