San Antonio Oeste

San Antonio Oeste es la ciudad cabecera del departamento San Antonio, en la provincia de Río Negro, Argentina. Se encuentra ubicada a orillas de la bahía San Antonio dentro del golfo San Matías.

Su actividad económica se centra en la pesca, explotación de minerales y el turismo; además, del municipio de esta ciudad depende el puerto de aguas profundas de San Antonio Este.

San Antonio Este y sus playas blancas

Por Mónica Pons

Como parte del municipio de San Antonio Oeste, San Antonio Este cuenta con un puerto de aguas profundas. Se abren desde allí una serie de playas muy reconocidas por su vastedad y sus arenas blancas.

Llegamos al puerto desde Las Grutas, luego de realizar unos 70 kilómetros, con ánimo de conocer las tareas de los buques que amarran en sus muelles. El pueblo tiene pocas casas y pobladores que vivan allí de forma permanente y la mayoría de ellos se dedica a faenas portuarias.

Dado que no está permitido que los turistas deambulen por los muelles, nos contentamos con observar a la distancia el trabajo de las grúas inmensas que cargaban y descargaban mercadería. Desde allí parten a otros países productos de Río Negro y especialmente la fruta del Alto Valle.

La zona portuaria se ubica en una península cuyos dos extremos son la Punta Perdices y la Punta Villarino, al norte y sur respectivamente. Recorrimos la primera hasta llegar a Caleta Falsa, un espacio donde se puede pescar desde una embarcación o en la costa.

Punta Villarino es apreciada por los pescadores porque allí se obtienen pejerreyes y otras especies variadas según la época del año.

También tiene un balneario muy agradable en el cual se puede disfrutar de la vida en campamento en un espacio de gran tranquilidad.

Al regresar a la aldea portuaria, visitamos el pequeño museo privado de don Constantino Vicci. Lo ubicamos junto al supermercado Mirador; reúne documentos y piezas de colección históricos y paleontológicos que fueron reunidos durante 30 años.

En las playas blancas del este, como se las conoce, el agua del mar es cálida, como en todo el golfo de San Matías. Disfrutamos de un sitio tranquilo y caminamos sobre un manto de caracolas que, según decíamos cuando éramos chicos, guardan el sonido del mar.