Santa María es la ciudad capital del departamento homónimo, en el centro este de la provinciaargentina de Catamarca; sobre la margen derecha del río Santa María; a 332 km de la capital provincial San Fernando del Valle de Catamarca. También es considerada la capital de los Valles Calchaquíes.
Dependen del municipio las comunas de Fuerte Quemado, Chañar Punco y Loro Huasi, que tienen un delegado comunal electo a su frente.
Trabajos de investigación sobre las culturas agroalfareras precolombinas de la provincia de Catamarca se encuentran entre los pioneros de la arqueología nacional argentina.
Por este motivo, y por los sitios históricos que alberga y la manera en que su paisaje natural y humano se vincula con los vestigios de las comunidades que supieron habitarle en tiempos precoloniales, hay quienes anhelan que Santa María de Yokavil, cabecera del departamento Santa María en el extremo noreste de la provincia, pueda convertirse en la Capital Nacional de la Arqueología.
En el presente, sin dudas, su riqueza
histórica constituye un atractivo turístico que conquista cada vez a más visitantes.
Dos sitios inmediatos a Santa María de Yokavil conservan resabios de la vida incaica y preincaica de la región: “La Ventanita” (Intiwatana) de Fuerte Quemado, con una significación simbólica que permite acercarse a la cosmovisión originaria en medio de un paisaje imponente; y los restos de la ciudadela de Cerro Pintado en la localidad de Las Mojarras.
En tanto, en el centro de Santa María de Yokavil, el museo Eric Boman, en un edificio prestado por el municipio que contiene y expone piezas de la cultura precolombina que ayudan a repasar la línea histórica que atraviesa a la región e interpretar los símbolos con los que se cruza constantemente cada viajero que se
dispone a recorrerla.
El reciente desarrollo del turismo arqueológico en estos pueblos, con la revalorización de las viviendas tradicionales, las costumbres y los saberes populares, y con los mismos pobladores como principales promotores y divulgadores, ayuda a interpretar el relato de una manera vivencial.
En tanto, actualmente se está trabajando en un parque arqueológico sagrado, unos tres kilómetros al sur de Santa María de Yokavil, en un sector conocido como “Rincón Chico”; y se proyecta la creación del Polo Científico Arqueológico de Interpretación de las Culturas Andinas, un ambicioso espacio donde convergerían la investigación y la divulgación arqueológica y paleontológica, en un sitio acondicionado especialmente para albergar los vestigios recuperados en la región.
El Monumento a Margarita Palacios
A Margarita Palacios la llamaban “La Mama”. Fue cantante y compositora. Nació en Santa María, Catamarca, en el seno de una familia dedicada al circo criollo. Fue un emblema del canto Vallista, por su elección del tono, los ritmos y las inflexiones vocales propias del hablar andino catamarqueño.
Tenía el hábito de intercalar en sus canciones, relaciones humorísticas y recitados. “Polo” Giménez, el renombrado pianista y compositor, la definió como “pedazo de tierra que canta”. Durante la década de 1970 frecuentaba programas de radio y televisión, donde intercalaba canciones con relatos humorísticos y recetas de comida criolla.
Entre los tantos legados que dejo esta su libro Las comidas de mi pueblo, sobre los platos tradicionales del país y en especial de su provincia. También participó en varias películas.
Falleció en Buenos Aires a los 72 años. En 2013 sus restos volvieron a su tierra con los homenajes y el reconocimiento
intacto de sus coprovincianos. El monumento se inauguró en 2017.
Claramente Margarita formó parte de los cantores que impulsaron el folklore del Norte Argentino en el país, junto a Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Manuel Acosta Villafañe, Hilario Cuadros.
El monumento, homenaje a Margarita, desea resguardar la memoria identitaria de Santa María y los valles, por lo tanto,
se erige en un punto neurálgico de convergencia de caminos que une los poblados de Lampacito, Fuerte Quemado y, por supuesto, el casco urbano santamariano. En el cruce de la Ruta 40 con la RP 39, del lado oeste del río, mirando a la ciudad.
El emplazamiento electo, denominado Rotonda Margarita Palacios, es también un punto simbólico dentro del recorrido del paisaje cultural local, ya que Santa María y Lampacito son lugares nombrados en la clásica cueca “Recuerdos de mis valles” escrita por “La Mama”.
La localidad de Fuerte Quemado, por su parte, es el lugar donde Margarita vivió su niñez y fue el terruño que ella visitó todas las veces que pudo hasta su partida en 1983. Sus restos descansan en el Cementerio Municipal de La Paz de Santa María desde octubre de 2013, cumpliendo su último deseo.
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