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Foto del escritorReinaldo Cernadas

Río Gallegos

Río Gallegos es una ciudad de Argentina, capital de la provincia de Santa Cruz. Ubicada en la desembocadura del río Gallegos, en el departamento Güer Aike, es la ciudad más poblada de la provincia y el centro distribuidor para las actividades turísticas de la zona.

La oferta turística de la ciudad está conformada por museos, monumentos histórico-culturales y circuitos urbanos, como así también un estuario que alberga miles de aves residentes y migratorias.

El nombre de la ciudad recibió su nombre por el río que desemboca junto a la ciudad, que a su vez fue así llamado en homenaje al piloto Blasco Gallegos, miembro de la tripulación que participó del viaje de circunnavegación de la Tierra realizado por Fernando de Magallanes y finalizado por Juan Sebastián Elcano después de la muerte del primero en Filipinas. Fuera del radio urbano puede optarse por estancias turísticas, un recorrido por el paisaje volcánico de la laguna Azul o una excursión a la Reserva Faunística Cabo Vírgenes, una de las mayores pingüineras de América del Sur, que alberga de octubre a abril a más de 150 000 pingüinos magallánicos.


Paseos en Río Gallegos

Emprendimos un recorrido interesante y prometedor. Visitamos el área costera de Santa Cruz y las ciudades-puerto que se encuentran emplazadas en la extensa franja del litoral Atlántico.


Allí dimos cuenta de la existencia de una naturaleza prístina en una marcada adversidad y de un interés histórico muy importante.


Fue así que recorrimos planicies casi inabarcables, que ofrecen muy poca vegetación y en las que pudimos encontrar coirones, ovejas, guanacos, atardeceres naranjas en las rías. Claro que el paisaje cambia completamente en la zona de alta montaña, porque allí pudimos apreciar los famosos glaciares, bosques y picos nevados.

Ubicada al sur de Comodoro Rivadavia, Río Gallegos es la ciudad que contiene mayor población. La cantidad de habitantes casi iguala en número a la totalidad de los de la provincia de Tierra del Fuego. Es un punto geográfico y turístico muy importante en el sur argentino.


Para recorrer la ciudad propiamente dicha, partimos con un andar liviano desde la avenida Costanera. Disfrutamos la ría mediante la cual el río Gallegos deposita sus aguas en el mar. Pudimos reconocer una hermosa parquización que se complementa con la presencia de bellísimas aves marinas que merodean por la costa en busca de alimento: cormoranes, albatros y gaviotas.

En la calle Piedrabuena 50 encontramos el monumento histórico nacional Balcón de Roca.


Desde ese lugar, en 1899 el entonces presidente Julio A. Roca se dirigió a la población luego de un histórico encuentro binacional de integración que se había realizado en la localidad de Punta Arenas.


Al trasladarse estos edificios a nuevas

sedes, se desarmó la primitiva construcción, hecha por Don Luis Noya.

Por orden del entonces Gobernador Gregores, se conservó el Balcón, para conmemorar la presencia del General Roca, quien desde allí en el año 1899, anunció obras de progresos que después cumplió.


El general Roca fue el Primer Presidente que visitó esta ciudad y venía al sur a sellar la paz y asegurar la confraternidad con el Presidente Dr. Federico Errázuriz, en Punta Arenas , sobre el Estrecho de Magallanes, con el vecino país de Chile.

Continuamos caminando pausadamente hacia la calle Alcorta; en tan sólo 200 metros encontramos la Casa de Gobierno, la Residencia del Gobernador, la Legislatura y los museos Casa de Gregores y Naval.


El 4 de Enero de 1888 el Gobernador del Territorio de Santa Cruz, Don Ramón Lista, traslada la Capital a Río Gallegos. De inmediato se edifica la primera sede para la Gobernación, de madera y zinc.

Este primer edificio de dos pisos lo construyó Don Luis Noya en 1895, y en él funcionó la sede gubernativa por muchos años.


A fines de la década del 30 la construcción resultaba inadecuada y no coincidía con la importancia económica del territorio, por lo cual el Gobernador Gregores gestionó su desarme y allí puso

los cimientos del edificio que fue destinado a la jefatura de Policía. En lugar contiguo se construyó la Casa de Gobierno siendo el edificio que te sugerimos visitar.

El Museo de los Pioneros es otro de los lugares dignos de recorrer. La institución exhibe elementos cotidianos de los primeros pobladores de la ciudad: mobiliario, cardadora manual de lana, lavarropas, el plano original de la ciudad que data de 1886 y muchas cosas más.


Los habitantes de la ciudad de Río Gallegos reconocen la casa Parisi como una de las pocas que sobrevivieron los duros inviernos y largas épocas de viento que azotan el extremo sur argentino. En ella funciona el Museo de los Pioneros y es un fantástico viaje hacia los primeros años del pueblo.

Al ingresar, resonó el crujir de sus maderas debajo de nuestros pies pero confiamos en su firmeza conservada por tantos años. Su construcción es de corte inglés y es típica de la región, con cimientos ubicados sobre pilares de madera y paredes exteriores realizadas con tablas de pino sobrepuestas. En la galería de ingreso encontramos el fantástico hogar original de la vivienda.


Un guía se ocupa de darle vida a cada una de las seis salas con sus descripciones. Cada objeto, cada foto y cada relato homenajean a quienes alguna vez llegaron y se quedaron en estas tierras australes.

Los elementos de la vida diaria de una familia del 1900 estaban allí presentes: candelabros, retratos, vestidos antiguos, máquinas de coser y escribir, una cocina a leña, vajilla antigua. Pudimos apreciar una habitación utilizada como dormitorio con todo su mobiliario.


Por la casa pasaron varias familias importantes de Río Gallegos, entre las que

se destacan la de Arthur Fenton, primer médico de Santa Cruz. Sus hermanos Víctor y Jorge, también médicos, la habitaron y formaban parte de la vida social y política de la región.

Entre 1892 y 1897 los hermanos Fenton le cedieron el espacio al gobernador del territorio de Santa Cruz Edelmiro Mayer, al quedarse este sin vivienda por un incendio de la sede gubernamental. Posteriormente la casa fue habitada por Roque Parisi y su familia, y de allí el nombre con que se la conoce actualmente.


La señora Parisi habilitaba un sector del patio de su casa para que los paisanos sureños que llegaban al pueblo pudieran armar sus toldos y guarecerse.

Si bien se cree que la fecha de construcción de la casa es 1890, lo que sí es comprobable es que en sus viejas maderas perduran las iniciales de los que la armaron: Greenshilds, Redman y Woodman, quienes componían una sociedad ganadera de la época.


El municipio de Río Gallegos recuperó la casa más antigua en pie de la ciudad, organizó el museo y lo abrió para que echáramos un vistazo a la vida de los pioneros a través de los enseres que sus familiares cedieron en préstamo.

La iglesia catedral, clásico exponente de la tendencia arquitectónica de la época, es otro de los maravillosos edificios históricos de Río Gallegos.


Su construcción data del año 1900 y fue realizada con madera y chapa. Fue declarada monumento histórico nacional en el año 1985.


En los 198 kilómetros del río Gallegos,

el viento y el frío son un desafío a vencer para los amantes de la pesca. Sin embargo, las famosas truchas marrones de seis kilos de promedio son una tentación irresistible.

En nuestro recorrido realizamos una salida altamente recomendable: viajamos hasta Cabo Vírgenes para asomarnos al extremo sur continental argentino.


En ese punto se realizó la primera fundación de la Patagonia, también fue un centro de lavadores de oro y actualmente los pingüinos son los dueños absolutos e indiscutibles del horizonte.

Para llegar hasta allí, recorrimos 133 kilómetros de ida por caminos de ripio. Muy precavidos, cargamos el tanque del auto previamente y compramos varios alimentos.


Tomamos la ruta nacional Nº 3 hacia el sur y tras recorrer 16 kilómetros continuamos por el desvío a la ruta provincial Nº 1 a la izquierda, que lleva a Cabo Vírgenes.


Seguimos al sur hasta el kilómetro 90 (hay un control de Gendarmería Nacional) y luego tomamos la bifurcación hacia la derecha que lleva a la estancia Monte Dinero, ubicada casi sobre el límite internacional. Actualmente, la estancia es un modelo de cría ovina. La quinta generación de dueños decidió abrir el establecimiento al turismo. La historia se entremezcla con las motos, los perros kelpie traídos de Australia y la raza “corino”, mezcla de corriedale y merino.

Seguimos camino y, tras atravesar 13 kilómetros de ripio, llegamos finalmente al Cabo Vírgenes.


Se trata de un lugar sumamente solitario en donde sólo habitan los esqueletos de la “fiebre del oro” producida en 1876/85 tras el naufragio de un barco francés y el hallazgo de oro en las arenas del lugar.


En el extremo sur, pudimos ver el faro argentino de Cabo Vírgenes, de 26,5 metros de altura, en funcionamiento desde el año 1904 y con un alcance lumínico de 44 kilómetros. Muchos recomiendan subir por la centenaria escalera caracol para ver el inhóspito paisaje.

Luego, fuimos a una acogedora casa de té atendida por los dueños de la estancia, con vista al estrecho de Magallanes, que sin dudas fue el refugio ideal para contemplar el final del continente.


Allí descansamos y llegamos a la conclusión de que Río Gallegos tiene una gran cantidad de posibilidades si de disfrutar se trata: pesca deportiva, estancias abiertas al turismo, aves marinas, faros, leyendas.

PUNTA LOYOLA, DONDE SE UNEN LA RÍA Y EL MAR

Saliendo de la ciudad de Río Gallegos por la RN 40, a tan sólo 38 kilómetros se localiza la Punta Loyola, es el preciso lugar donde la ría de Gallegos se vuelca en el Mar Argentino.

Aquí funciona el Puerto Presidente Illia, considerado como el puerto de aguas profundas de Río Gallegos.


Desde el punto de vista económico esta zona es vital para la región, ya que aquí se encuentran los principales pozos petroleros explotados por empresas privadas en Santa Cruz.

También, es un importante puerto pesquero , con personal que posee su propia flota y pasan largas temporadas en ellas.


En la playa se puede observar la silueta de una embarcación de bandera noruega, llamada “Majori Glenn”, que en el año 1911 se incendió frente a las costas y después de arder por varios días, fue trasladado hasta su actual emplazamiento, para que no entorpezca la navegación.

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