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Foto del escritorReinaldo Cernadas

Pampa del Leoncito

El Barreal Blanco o Pampa del Leoncito, es una depresión ubicada a 20 km de la localidad de Barreal, en el departamento Calingasta, en el suroeste de la provincia de San Juan, Argentina.

La planicie se encuentra en el lateral del camino que une la localidad de Barreal, con el Parque nacional El Leoncito.

El Barreal Blanco es una seca planicie perfectamente lisa de alrededor de 10 km de largo por 3 de ancho, creada a partir de la evaporación de una cuenca lacustre reciente, del Holoceno (período Cuaternario). El color de los sedimentos superficiales es blanquecino y corresponde a limos y arcillas de cementación salina.


Por fuera de los límites de la "Pampa" la

flora típica está constituida por arbustos y pastizales propios de la ecorregión monte de sierras y bolsones, que desaparecen en su interior, dejando una superficie compacta, con resquebrajaduras poligonales y carente de toda vegetación.

El clima de la zona es seco, con precipitaciones de alrededor de 100 mm anuales, especialmente en época estival, consistentes en episodios de abundante caída de agua concentrados en períodos de tiempo breves.


Los vientos predominantes son de dirección sur y nor-noroeste, en algunos casos con ráfagas de hasta 100 km/h.


Ocasionalmente, la "pampa" se cubre totalmente de agua, producto de las lluvias torrenciales que se suman al escurrimiento proveniente de la Sierra del Tontal, límite oriental de la planicie.


Conociendo Barreal y la Pampa del Leoncito

Sobre el vértice sudoeste de la provincia de San Juan se encuentra un valle surcado por pequeños ríos y acequias cuyas aguas provienen de los picos nevados. Estos paisajes forman parte de los más hermosos de la región cuyana.


El Valle de Calingasta queda a tan solo 180 kilómetros de la ciudad de San Juan y está custodiado por dos guardianes de

piedra que parecen estar al acecho del visitante: el cerro Mercedario, de 6.770 metros de altura, y el descomunal Aconcagua, que llega a los 6.959 metros de altura sobre el nivel del mar.

Dentro de este valle se encuentra un pequeño centro turístico llamado Barreal. Se trata de un poblado con calles de tierra y una refrescante acequia con agua de deshielo, una villa turística al pie del cordón precordillerano de Ansilta. Dispone de varios complejos de cabañas, hosterías y camping.


En él se pueden encontrar los más diversos prestadores de servicios turísticos de aventura, entre los que se destacan las cabalgatas, el carrovelismo, el rafting y las caminatas y trekkings por la zona.

Una de las excursiones que más gusta es conocer el espacio natural Pampa del Leoncito, un lugar único en el mundo, a tan solo 40 kilómetros de Barreal.


Se trata de una extraña planicie de catorce kilómetros de largo por cinco de ancho donde hace millones de años se secó un enorme lago.


Hoy, una superficie de color blanco radiante nos hace sentir como si estuviéramos caminando por un paisaje lunar.

Allí no existe ni un arbusto, solamente se vislumbra un suelo liso con resquebrajamientos en forma de pentágono que se reproducen de manera perfecta.


Para los que saben del tema, además de ser un hermoso paisaje Barreal es quizás la mejor pista de carrovelismo del mundo.


Este es un deporte fascinante que obtiene la velocidad del viento a través de un parapente de mano cuya manipulación permite tirar un carro. Basta con mirar una foto para entenderlo.

Si bien la mayoría de quienes se acercan al lugar lo hacen cada uno en su carro, los prestadores que enseñan la actividad poseen un carro especial tipo tándem que puede llevar a dos personas al mismo tiempo, maestro y alumno. El acompañante no debe hacer nada, solo disfrutar de la experiencia vivida, a toda velocidad por el desierto pero de manera silenciosa. Algo sencillamente espectacular.


A pocos kilómetros de Barreal hay vestigios de culturas originarias de 8.000 años de antigüedad y son varias las excursiones que en camionetas 4x4 permiten llegar hasta sus cercanías, más precisamente hasta el paraje Los Morillos.

Los Morrillos es un refugio de altura que depende de la fundación Vida Silvestre y que ofrece un acercamiento a la fauna autóctona y a las diferentes culturas que dejaron su huella y habitaron el Valle de Calingasta.


Allí se descubrieron pinturas rupestres, petroglifos, vestigios de fogones y los restos de diecisiete momias y párvulos enterrados.


Las culturas que habitaron esta zona fueron Fortuna (6.500 a 6.000 años a.C.), Morrillos (5.900 a 2.000 a.C.) y Ansilta (1.800 a 500 a.C.).


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