Niquivil es una localidad del Departamento Jáchal, Provincia de San Juan, Argentina. Se encuentra en el kilómetro 3.596 de la Ruta Nacional 40.
Se encuentra en una zona con gran variedades de árboles, como aguaribay, álamos y algarrobos. La mayoría de sus viejas construcciones son de adobe, palos y cañas.
La Casona de Niquivil
No se conoce la fecha exacta de la construcción de la casona, según el sociólogo José Casas que investigó su historia, la familia Varela llegó a Niquivil en 1867 desde Chile, tenía la Merced Real sobre todo Niquivil, y habría levantado la casa entre 1870 y 1880. Según el sociólogo, la coincidencia entre
el apellido y el año de llegada de la familia Varela, habría derivado en la atribución de la propiedad de Felipe Varela sobre la casona. “La tradición decía que esa era la casona de Felipe Varela, pero no es así, ahora se ha identificado que el lugar donde llegaba Varela a Jáchal está ubicado al Norte, apenas pasando el Río Jáchal”, dijo Casas. Aseguró que las investigaciones que señalaban que se trataba de distintos Varela la realizó Rocier Bravo.
Mientras que según Eloy Camus, nieto del ex Gobernador, la casona sí perteneció al mítico caudillo, a quien llamaban el Quijote de Los Andes. “Según me contó Hernan Varela, uno de los últimos descendientes de los dueños originales que habitaron Niquivil, él era descendiente de Felipe Varela y la casona sí fue suya”, contó Camus.
Pero además, los Varela de Niquivil se emparentaron con los Dojorti de Huaco y por eso en la casona también pasó algunos días el gran poeta jachallero, Eusebio Dojorti, más conocido como Buenaventura Luna.
Camus compró la propiedad en 1944, en total eran 12.000 hectáreas, y lo hizo en sociedad con Manuel Márquez Romero, que era propietario de la Cervecería San Juan. La escritura pasó de Romelia Juana Dojorti de Varela y Eduardo Varela Dojorti a pertenecer a Camus y Márquez. La idea de Camus era hacer funcionar toda la estancia como núcleo productivo.
Llevó vacas y caballos y plantó trigo, que se sumaron a las hectáreas de olivos que había en la propiedad. En 1951 compró a Márquez su parte y quedó todo a nombre de Camus.
De las 12.000 hectáreas sólo 600 eran productivas y el resto, campo sin cultivo. La actual traza de la ruta 40 pertenecía a la casona y hasta allí llegaban los jardines de ingreso a la casa, con profusión de frutales, peras, granadas, duraznos, “en verano era un festival de fruta”, recordó el nieto de Camus, quien pasó parte de su vida en la casona.
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