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Foto del escritorReinaldo Cernadas

El Rodeo

El Rodeo es una importante villa turística de la provincia de Catamarca, Argentina. Está situada en el Departamento Ambato, al pie de la sierra de Ambato, a 1.250 m s. n. m. y a solo 39 km de la capital provincial.

Su microclima fresco y agradable en verano y su proximidad a la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca atraen a numerosos turistas, tanto nacionales como internacionales.

Pueblo de Niebla o, para ser más precisos, Niquixao. Ese fue el nombre original, en lengua quechua, de la hermosa villa turística que hoy conocemos como El Rodeo y que fue fundada por los españoles en 1614.


Ubicada a tan sólo 38 kilómetros de la capital provincial, el pueblo, con sus calles de tierra y sus chalets, presenta paisajes asombrosos, ya que está enclavado a 1.275 metros sobre el nivel del mar sobre un terreno ondulado atravesado por pequeños arroyos de agua que le aportan color al lugar durante el verano.

Una formación montañosa llamada El Manchao sobresale a simple vista y desde ella descienden cinco ríos que se encuentran finalmente en una quebrada muy estrecha para unirse en un digno torrente.


El Rodeo es un paseo obligado para quienes visitan la provincia de Catamarca, no sólo por su proximidad con la ciudad de San Fernando del Valle, sino por sus

paisajes y por el clima benigno del verano, cuando mantiene sus noches agradables y frescas a pesar del calor del día.

La buena pesca –la trucha arcoiris es uno de las especies que abundan en la zona– y las cabalgatas que permiten, por ejemplo, bordear las cumbres que hacen las veces de perímetro de El Rodeo, son las dos actividades más practicadas por quienes se acercan hasta la villa en los cálidos meses del verano.


Pero es sin duda el trekking la actividad que más disfrutan los visitantes y que no

tiene edad para ser practicada. Uno de los circuitos habituales es el Cordón Ambato, que trepa hasta los 1.500 metros de altura; desde allí se tiene la posibilidad de observar el vuelo y los inquietantes movimientos de los cóndores.

Otro de los paseos más visitados es el que se denomina “bañadero de los cóndores”, donde la naturaleza ha formado piletones naturales y una fenomenal cascada de más de seis metros de altura.

Otra alternativa practicada por la mayoría es acercarse a los alrededores del pueblo en bicicleta y cuatriciclo alquilados. Con estos se puede llegar hasta el único museo que tiene el lugar (donde años atrás funcionó una vieja pulpería) o hasta alguna de las capillas que congregan a miles de personas durante Semana Santa.


Además de por sus atractivos naturales, El Rodeo resulta un sitio fascinante porque sus casi 1.200 habitantes conservan muchas tradiciones que mantienen viva la memoria de la villa y cautivan a los visitantes todos los días del año.

En enero se realiza la Fiesta de la Flor, mientras que en febrero es el turno del Rodeo Grande, una celebración que incluye doma y folklore, además de abundantes y exquisitos asados. No es un dato extraño: El Rodeo es uno de los lugares históricos de actividad ganadera dentro la provincia de Catamarca.


Claro que la fiesta más importante del lugar, justamente llamada Niquixao, se realiza, desde 1988, cada 25 de Mayo. Durante esa fecha, los residentes de El Rodeo rescatan la identidad del pueblo, sus costumbres y su sentido de pertenencia.

Las noches de verano, los turistas disfrutan no sólo de las comidas típicas, sino de la música de diferentes grupos, especialmente, y como no podía ser de otra manera, de folklore, uno de los ritmos más significativos en las tierras del Noroeste argentino.


Para los amantes del turismo cultural, El Rodeo ofrece diversos monumentos, entre los que se destacan la iglesia de la

Candelaria, la de la Concepción y la Casa de la Cultura, reciclada a comienzos del siglo pasado y que alberga al Museo Regional Ambato, donde se desarrollan permanentes actividades artísticas.



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