El río Paraná se ha consolidado como uno de los ríos más caudalosos del mundo. En su recorrido arrastra un gran volumen de sedimentos que se depositan antes de su desembocadura en el Río de la Plata, formando bancos que crecen continuamente y dan origen a islas. Así, a lo largo de milenios, se originó el Delta del Paraná, que abarca unos 14.000 km2.
Comprende el quinto delta en extensión de todo el planeta, entre los cuales se encuentran también Delta del Mississippi, Delta del Danubio, Delta del Nilo, entre otros.
El Delta del Paraná es el tercero en importancia en Sudamérica. Una particularidad que lo distingue: es el único Delta «vivo». Actualmente el río Paraná aporta 160 millones de toneladas de sedimentos por año al delta, y éste avanza a razón de 100 metros por año.
Es decir, el proceso de formación de sus islas combina la acción de las aguas del Paraná y sus brazos y la vegetación que contribuye a fijar los sedimentos que acarrean.
Los humedales son sitios que permanecen con su suelo saturado con agua o anegamiento durante considerables períodos de tiempo. El agua que cubre estas regiones puede ser de régimen natural o artificial, permanente o temporario, estancado.
La combinación de condiciones acuáticas y terrestres hace que estos
ecosistemas se encuentran entre los más complejos del planeta. Su relieve es plano y sus suelos se denominan hídricos. En ellos viven especies vegetales con asombrosas adaptaciones a las inundaciones.
En el pasado, la mayor fuente de empleos de la población del Delta fue la explotación forestal y la industria de la madera.
El junco silvestre nativo, junto con especies exóticas como el mimbre y el formio, fue aprovechado en la cestería, una actividad económica de importancia desde el siglo XIX.
En el año 1938 abrió sus puertas el Mercado de Frutos del Puerto de Tigre, donde se comercializaban los productos del Delta.
La producción frutícola fue predominante, y generó la instalación de plantas de elaboración de alimentos, dulces, golosinas, mermeladas y sidra.
Actualmente, la actividad económica principal es el turismo. De esta manera, a pocos kilómetros de la gran ciudad de Buenos Aires, se aprecia la belleza natural del lugar. Los visitantes pueden
disfrutar de experiencias recreativas como deportes náuticos en ríos y arroyos, hospedaje en cabañas y gastronomía.
La mejor forma de recorrer esta zona, valorar la Biosdera del Delta del Paraná, admirar su proporción geográfica y apreciar las formas de vida que los vecinos han ido modelando en el lugar, es hacerlo a bordo de una embarcación con expediciones náuticas a elección de cada visitante.
En lo que sea una navegación tradicional por el Delta, embarcando desde la
Estación Fluvial, podrás reconocer sus principales puntos turísticos: Puerto de Frutos, playas ribereñas, recreos y complejos de cabañas. Encontrarás también una vista excepcional desde el río de la Casa Museo y Biblioteca Sarmiento, zona de Tres Bocas.
Al finalizar el viaje también podrás dar cuenta de la vida de los habitantes de las islas: sus casas, escuelas, iglesias y recreos de fin de semana.
Encontrarás que para cada ‘islero‘ (como se llama a los habitantes de la isla), su casa es como su propia isla, por lo que cuentan con muelle propio y nombre para distinguirse.
Algo curioso que también da cuenta de cómo es la vida aquí, es la existencia de embarcaciones que proveen servicios: lanchas almacén o proveeduría, lanchas ambulancia, entre otras.
Delta Terra
Delta Terra es un área natural ubicada sobre el arroyo Rama Negra Chico, en el Delta de Tigre.
Ocupa una superficie de 20 hectáreas que, además de sus fines de conservación, se destaca por su potencial para la educación ambiental.
Desde 2012, está incorporada al
Programa de Reservas Privadas de la Fundación Azara, bajo la figura de Paisaje Protegido.
Alpenhaus
Un condimento particular que encontrarás en las islas del Delta es la presencia de Alpenhaus, un agradable complejo típico alemán con hostería y cabañas. Situado sobre el Arroyo Rama Negra, a 500 metros del Río Capitán, Alpenhaus se ha consolidado como un proyecto gastronómico liderado por un matrimonio conformado por un hombre alemán y una mujer de raíces austriacas.
Aquí podrás descubrir un auténtico rincón de Alemania, con detalles decorativos y típicos de sus tradiciones y una imperdible cocina alemana.
Museos y clubes
Como ya hemos mencionado, de paseo por el Delta se puede distinguir la presencia de la casa Museo y Biblioteca en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, quien además de haber sido habitante de la isla, se posicionó como referente por su incansable labor tanto en la educación pública como en el progreso científico y cultural de Argentina.
También se vislumbra la imponente edificación del Museo de Arte de Tigre, una obra de estilo francés donde abundan columnas dóricas simples, semi columnas, pilastras, arquerías, y motivos ornamentales de palmetas, guirnaldas de flores, hojas de laurel (emblema de la gloria) y de encina (emblema de la fuerza).
A pocos metros, también se halla el Club de Regatas La Marina, una legendaria y prestigiosa institución del remo argentino que fue fundado hace 130 años.
¿Cómo llegar a Tigre?
Hay dos trenes que puedes tomar a Tigre, desde el centro de Buenos Aires: la línea Tigre del tren Mitre o el más turístico Tren de la Costa.
En la estación principal de trenes de Retiro, en el centro, hay tres líneas, hasta la parada final.
Todo el viaje es de poco menos de una hora.
Esta es la opción más barata por el equivalente a un par de dólares. También es la más fácil.
La estación de tren de Tigre está al otro lado de la calle del puerto y las taquillas para las numerosas excursiones en barco, simplemente cruza la rotonda caminando hacia el McDonald’s.
Por su parte, el Tren de la Costa fue remodelado con fines turísticos y realmente es una gran experiencia en un día soleado. Ve a la misma estación de tren de Retiro, pero en su lugar consigue un billete de la línea Mitre y súbete hasta el final, donde tendrás que cruzar la calle para enlazar con el Tren de la Costa.
Este tren más pequeño bordea la costa con interesantes paradas en el camino, como la costa de San Isidro y lindos cafés en antiguas estaciones de tren.
La última parada es en Tigre, justo al lado del mercado de Puerto de Frutos.
Otra opción para llegar a Tigre desde Buenos Aires es tomar el bus directo número 60. Sin embargo, esto va alrededor de las casas y tomará un mínimo de 2 horas dependiendo del tráfico.
El delta se explora mejor durante los meses de verano, pero los días de finales de primavera y principios de otoño también son agradables. Por lo tanto, de octubre a abril tienes el mejor clima. Debido a que el Delta de Tigre es un lugar tan popular para los viajes de fin de semana desde Buenos Aires, estará mucho más tranquilo durante la semana.
Merece la pena explorar estos alrededores a lo largo de la costa, y son de fácil acceso para una excursión de un día. Las islas y el continente que lo rodea conforman la ciudad de Tigre, un escape perfecto de la locura de Buenos Aires.
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