Colonia Caroya es una ciudad del norte de la provincia de Córdoba, Argentina, en el departamento Colón, sobre la RN 9. Es una ciudad lineal, atravesada por la Avenida San Martín, arteria de 9 kilómetros de extensión cubierta de plátanos españoles (la más larga del país con esta característica).
Turismo histórico
Teniendo en cuenta que esta ciudad se caracteriza por el mantenimiento de sus tradiciones friulanas, los visitantes llegan con el objetivo de conocer lugares históricos. En la actualidad, los museos, iglesias y capillas y las bodegas, son puntos de referencia a la hora de conocer Colonia Caroya.
La Estancia Jesuítica Caroya y el Museo Casa Copetti reflejan aún como era la vida de los primeros colonos que llegaron a estas tierras.
Conocer "El camino del vino" es una de las principales alternativas a la hora de conocer la historia de la ciudad. Las cuatro que hoy trabajan en la producción de vino (La Caroyense, Nanini, Don Coco
y Campana) tienen horarios de visitas semanales, y hasta sus propios museos, con las herramientas con las cuales se trabajaba a principios del siglo XX.
Turismo gastronómico
Además de llevarse los vinos y los salames de la Colonia, los visitantes también llegan para degustar los platos típicos de la ciudad. En la actualidad, hay una gran variedad de comedores y restaurantes que ofrecen, principalmente, pastas caseras.
La capacidad hotelera no es importante, debido a que Colonia Caroya se caracteriza
por ser una ciudad de paso, y no de permanencia de turistas. Igual trabajan cinco hoteles y hospedajes (la mayoría, muy próximos a la ciudad de Jesús María).
Fiestas caroyenses
Con el objetivo de homenajear el trabajo de los friulanos, tanto en la cocina, en las quintas, como también en sus momentos de recreación con el canto y el baile, se realizan fiestas que cada vez toman más importancia y atraen a miles de turistas.
La Fiesta Provincial de la Vendimia y la Fiesta Nacional de la Frutihorticultura, la Sagra nacional de la Uva,3 la Fiesta del Codeguín, el Encuentro Internacional de acordeonistas, la Fiesta de las Comidas Típicas Caroyenses y la Fiesta del salame Casero son algunos de las opciones. En los últimos años el grupo integrado por jóvenes caroyenses Ducj Insieme (en friulano: todos juntos) se propuso recuperar
viejas costumbres que se estaban perdiendo a lo largo del tiempo, las cuales son: la carrera de chanchos, la fogata de San Pedro y San Pablo y la fiesta del vino (más conocida como la pisada de uva).
La carrera de chanchos se festeja el último domingo de septiembre, consta de un circuito llamado "purchitódromo" (del friulano purcit = chancho/cerdo) en el cual los mismos largan y son corridos por sus dueños hasta llegar a la meta.
Tienen que superar diversos obstáculos, y la "falsa meta" que es un camino sin salida. En el 2014 se corrió la 11º carrera de chanchos.
La fogata de San Pedro y san Pablo se festeja el 29 de junio, es una celebración en la cual se bebe vino caliente y se comen batatas alrededor de una enorme fogata, también hay música en vivo y juegos en los cuales puede participar cualquier persona que lo deseé.
La fiesta del vino es a mediados de noviembre, en este festejo la gente pisa uvas para extraer el jugo y hacer el vino, siempre en un entorno de juegos y humor se hacen competencias y se cuentan historias relativamentes con armonía graciosa.
La Fiesta Nacional de la frutihorticultura se realiza en marzo, luego de la culminación
de la vendimia. Se conmemora todo el trabajo de los frutihorticultores de la región y del país. Se monta un show de apertura en el cual participan bailarines y artistas del pueblo, luego continúan los números musicales de artistas locales y nacionales.
Se puede disfrutar de la gastronomía típica de la zona y de la feria de artesanos. Para culminar se elige la nueva Reina Nacional de la frutihorticultura y a sus princesas.
En el 2018 fue coronada como reina nacional de la frutihorticultura Noelia Quinteros, de La Falda, como primera princesa nacional Nahir Bozzano Pastorino,
de Escobar, Provincia de Buenos Aires, y segunda princesa nacional Dana Pérez, de Cruz del Eje.
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