Durante años – exactamente, los últimos diez – cada uno de los marplatenses y turistas que detuvo su paso frenético por la esquina de avenida Luro e Hipólito Yrigoyen y levantó su mirada hacia lo alto de la Municipalidad, seguramente habrá contemplado con tanto asombro como desconcierto la presencia inerte de la única figura circular que se distingue en la torre principal del Palacio; la misma que alguna vez, según confiaba la historia, supo reconocerse como un reloj.
En verdad, seguía ostentando ese reconocimiento pero con un título cada vez más devaluado. Por fuera, claro, conservaba sus cuatro cuadrantes, sus números romanos, sus agujas livianas de pino, y la estética que ineludiblemente remonta al recuerdo de siglos pasados, pero su mecanismo interno no era capaz de satisfacer el fin básico y primordial que funda el origen de este instrumento: dar la hora.
Así fue que permaneció el histórico reloj del Municipio de Mar del Plata desde la última década y hasta hace algunas pocas semanas. Pero finalmente la administración del intendente Carlos Arroyotomó cartas en el asunto y, a principios de este mes, lo hizo: sí, volvió a darle vida. Más vale tarde que nunca.
Fuente: 0223
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