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San José del Talar

San José del Talar

El esposo de la Virgen, San José, tiene su parroquia en Buenos Aires: San José del Talar en el barrio de Agronomía. Más precisamente en Navarro 2492.

 

Veamos como se ha convertido esta sencilla parroquia en el santuario de la Virgen que Desata los Nudos. La misma se entronizó allí el 8 de diciembre de 1996.

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En septiembre de 1996, tres fieles visitaron al padre Rodolfo Arroyo, párroco de la iglesia San José del Talar, en Buenos Aires. Ellos dijeron que en la capilla del rectorado de la Universidad del Salvador, se veneraba una imagen de la Virgen que desata los nudos.

Tenía tres meses de párroco cuando llegaron esos tres laicos para solicitar la entronización de la Virgen que desata los nudos en San José del Talar, una iglesia muy pequeña y pobre. 

San José del Talar, el recuerdo de padre Rodolfo

Yo conocía la imagen por el papa Francisco. Cuándo él era vicario en la zona de Flores. También la enviaba como postal en sus saludos de Navidad, o como respuesta a una carta.

Yo no tenía interés en esta advocación, por lo que les dije que tenía que hablar con el Obispo, pero con cargo de conciencia, porque no quería desalentarlos.

 

No entendía eso de que la Virgen desate los nudos. Por respeto al testimonio de estos laicos, fui a ver al Cardenal Antonio Quarracino para pedir su autorización. ‘Esa Virgen es de Bergoglio’, me respondió amistosamente el Cardenal, como diciendo:

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‘Yo soy devoto de la Virgen de Luján. Andá a ver a Bergoglio que te va a decir todo lo que tenés que hacer’.”

Francisco intercede

Enseguida el párroco fue a ver al entonces Monseñor Bergoglio, quien con todo respeto le preguntó por lo que había dicho el Cardenal. Así sigue el relato el padre Rodolfo:

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«Le expresé a Mons. Bergoglio:

 

‘El Cardenal me dijo que sí, pero que lo venga a ver a usted y supongo que usted va a venir a entronizar la Virgen’, a lo que Mons.

 

Bergoglio respondió: ‘¡No! Vos sos el párroco. ¡Bendecila vos, entronizala vos! Vos no más citá la frase de san Ireneo de Lyon: ‘Lo que Eva ató con su desobediencia, lo desató la Virgen María con su obediencia a Dios.’ Entonces fijamos la fecha del 8 de diciembre, ese año de 1996, para entronizar el cuadro, porque en Augsburgo la honran ese día, que es el de ‘la Inmaculada’».

«Coloqué la imagen a la entrada, a la izquierda, porque era un lugar vacío, como adornando ese lugar humilde, donde se encuentra hasta hoy. A lo que me dijo Mons. Bergoglio, sólo agregué el relato de Mateo 1, que termina diciendo que ‘José llevó a María a su casa’. De la misma manera, expliqué, San José, en su parroquia, trae a María a su casa. Fue una experiencia muy fuerte, la iglesia se llenó, parecía un Domingo de Ramos. De pronto, cada día 8 de mes llegaba una multitud que venía a visitar a la Virgen. Se nos iba de las manos. Los 8 de diciembre son decenas de miles. Hay un misterio maravilloso de seducción entre María y su pueblo que la ama”, remata el padre Arroyo.

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